miércoles, 22 de diciembre de 2010

Domingo (V parte)

Te acuerdas cuando ese perro nos seguía, Max, y desde entonces todos nuestros perros sin nombre se llaman Max, y más si son rebeldes. Creo que nunca te encontré tantas veces seguidas como cuando volteabas a ver a Max, a ver si aún nos estaba siguiendo o guiando… o cuando al regreso, distante se alejaba por su camino y tu y yo queríamos seguirlo, pero era mejor así, no encariñarse. Pero encariñados ya estábamos, y en silencio ya habíamos concluido que el regreso siempre es querido cuando se quiere ver a un viejo amigo.

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