Una ventana de sol me trae saudades de mis caminatas en Buenos Aires y sus cortinas cerradas me recuerdan un par de líneas que le escribí ayer y que quisiera ordenar, o tal vez para mis gustos pueriles, desordenar.
El sonido delirante de la sordina de Miles me trae de vuelta a mi realidad que me repite que no soy más que la imaginación de pensamientos que hoy se han llenado de compases de silencios y puntos suspensivos…